HERIDAS INVISIBLES

Muchos  niños sufren algún tipo de maltrato, generalmente perpetrado por uno de sus progenitores, un familiar u otro cuidador adulto. El maltrato psicológico es un ejemplo de esos abusos, aunque es el más difícil de detectar que otras formas de maltrato infantil, dado que no conlleva secuelas físicas visibles.

El maltrato psicológico conlleva que el menor sienta que no vale nada, que no es deseado o querido, se siente despreciado, explotado o que no se atienden sus necesidades. Este tipo de abusos provocan una serie de dificultades emocionales y de comportamiento, tales como una autoestima negativa, impulsividad, y comportamientos como rabietas, tics, enuresis, o conductas autolesivas.

Los jóvenes con antecedentes de maltrato psicológico en la infancia, presentan con mayor probabilidad falta de atención, agresividad, hiperactividad, problemas de conducta y delincuencia. Este tipo de maltrato también se ha relacionado con ansiedad, depresión, trastornos de estrés postraumático, tendencias suicidas o baja autoestima.

 Por ello, es necesaria la detección temprana del maltrato psicológico y una vez evaluados sus efectos, intervenir con tratamiento psicológico lo antes posible.

En el siguiente enlace se detalla el estudio realizado

http://www.infocop.es/view_article.asp?id=5901&cat=53