La violencia de género

La violencia de género es una terrible realidad social, afecta gravemente a las aspiraciones de las mujeres, así como a la capacidad de control sobre su propia vida, poniendo en peligro su salud, su dignidad y su propia supervivencia y las de sus hijos e hijas.

Socialmente, la violencia a la mujer se ha considerado un problema invisible, y los pasos para dar visibilidad al problema y situarlo en el contexto adecuado han ido encaminados a convertirlo en un problema social con la consiguiente implicación de los poderes públicos.

La violencia de género está basada en la desigualdad entre hombres y mujeres, y es precisamente este marco conceptual el que va a guiar la comprensión de esta violencia, la intervención y la concreción de unos objetivos generales que ayuden a restablecer la salud psicológica de las mujeres, y de este modo una relación desde la igualdad, la equidad y la reciprocidad.

Entre los modelos que han tratado de explicar la comprensión del maltrato se encuentran:

  • El mito de la mente aislada: basado en la perspectiva individualista y biologicista, donde el desarrollo de cada persona estaba determinado por su constitución genética.
  • El mito del masoquismo femenino: basado en la obtención del beneficio a través de la búsqueda de maltrato.
  • Mito del sadismo: considera que los hombres maltratan a las mujeres por su propia sexualidad agresiva, justificada por la interpretación del determinismo biológico.
  • Mito de la dependencia emocional: esto realmente describe una consecuencia del maltrato, no su causa. Es muy peligroso por que presenta el riesgo de ocultar la violencia que las mujeres están sufriendo y considera que la dependencia surge de forma aislada en la mente de la mujer.

Todas estas explicaciones retraumatizan a las mujeres, no les muestra que su conducta surge en un contexto y que va a ser necesario que se produzca un cambio en el vínculo que mantiene con su pareja para que el síntoma desaparezca.

Las formas de violencia pueden ser:

  • Maltrato físico: uso deliberado de la fuerza, así como las amenazas de provocar daño.
  • Maltrato psicológico: cuando se realizan acciones intencionadas en contra de la integridad psíquica y emocional, así como su dignidad.
  • Maltrato social y ambiental
  • Maltrato económico: cuando las acciones están encaminadas a controlar aspectos económicos de la víctima.
  • Maltrato sexual: acciones que atentan contra la intimidad sexual.

Siempre que hay maltrato físico, económico, social y sexual se produce maltrato psicológico.

Las consecuencias psicológicas del maltrato son devastadoras para la regulación emocional de la persona que la sufre. Un alto porcentaje de las víctimas presenta un perfil psicopatológico caracterizado por estrés crónico, estrés postraumático, depresión, ansiedad, baja autoestima, tendencias suicidas, sentimientos de culpa, etc.

Los modelos terapéuticos actuales se basan en el ámbito multifactorial, contemplan diferentes factores de riesgo, y en el que se debe hablar de marco ecológico para comprender el problema, en el que intervienen factores sociales, comunitarios, relacionales e individuales.

Los profesionales que trabajamos con víctimas de maltrato hemos incorporado la perspectiva del trauma para explicar los daños psíquicos que presentan las mujeres que han sufrido violencia de género en sus diferentes formas. Este marco teórico permite entender los padecimientos de las mujeres maltratadas, relacionando sus dolencias con las condiciones en las que viven.

Los programas de intervención se centran en tener presentes y revisar los indicadores de empoderamiento, favoreciendo actuaciones para generar relaciones igualitarias de buen trato y planteando objetivos como la valoración del riesgo, la percepción de maltrato, el empoderamiento, la sintomatología clínica o los cambios en la realidad social.