TERAPIA ASISTIDA CON ANIMALES

Numerosos estudios demuestran los efectos beneficiosos del vínculo de los seres humanos y los animales. Éstos nos proporcionan sosiego, foco de atención, seguridad y aceptación incondicional. Las relaciones entre personas pueden ser complejas e impredecibles, sin embargo y sobre todo con personas desfavorecidas y que se sienten vulnerables,  debido a circunstancias emocionales y físicas, el sentirse aceptados es fundamental, puesto que los animales no juzgan y brindan su cariño incondicional cuando se establecen lazos.

El uso de mascotas como ayudantes de terapias convencionales se remonta a 1792 en Inglaterra, donde se trató enfermos mentales. Posteriormente, en 1867, los animales de compañía intervienen en el tratamiento de epilépticos en Bethel (Biefeld, Alemania). En 1944, la Cruz Roja Americana organiza, en el Centro para Convalecientes de la Fuerza Aérea de Nueva York, el primer programa terapéutico de rehabilitación de los aviadores.

En esta modalidad de terapia, el animal debe cumplir unos criterios para lograr una serie de objetivos marcados por el profesional. Se pretende fomentar la mejoría del funcionamiento físico, social, emocional, cognitivo. Se puede realizar a nivel individual y grupal. Suelen intervenir, perros, caballos, delfines, incluso peces en un acuario y animales de una granja.

A nivel físico, mejora las habilidades motoras finas y gruesas, la movilidad y el equilibrio.

A nivel psicológico, mejoran las habilidades lingüísticas, adquisición de conceptos básicos, capacidad de atención y concentración, amplia el vocabulario, la memoria, la motivación, las interacciones con los demás y deseos de participar en actividades grupales, eleva la autoestima, reduce la ansiedad y sensación de soledad.

Las interacciones positivas que se establecen entre el animal y la persona, junto a las características y talento del animal,  en un entorno terapéutico bajo la supervisión del profesional, facilita la recuperación  de la persona.

La terapia con animales se está utilizando cada vez más, e implantándose en determinados colectivos de personas más vulnerables con Síndrome de Down, parálisis cerebral, autismo, entre otros padecimientos.  Los efectos terapéuticos son notables  “Los animales son capaces de transmitirnos sentimientos y sensaciones que probablemente no siempre son capaces de ofrecernos muchas personas”