VICTIMIZACIÓN SECUNDARIA

Las consecuencias de un delito en una victima , producidas directamente por el acto delictivo, del cual es responsable su autor, es la victimización primaria. Cuando las respuestas de las instituciones y los particulares a la victima, producen daños, a la misma, de diverso tipo,  generalmente no intencionados, nos referimos a victimización secundaria. Estos daños pueden ser ocasionados por la intervención de distintos agentes sociales e institucionales que se relacionan con las víctimas en sus procesos de victimización y recuperación. Por ejemplo, casos de violaciones, en las que la victima pasa por distintos profesionales para ser valorada y ha de revivir el hecho traumático, en múltiples ocasiones…

Supone un daño añadido, falta de entendimiento del sufrimiento, del impacto y consecuencias del delito en la victima. El daño se debe principalmente a una actitud negligente o a una falta de humanidad que hace que la víctima se sienta cuestionada, confundida o agobiada por los trámites, o que reviva de forma innecesaria el suceso traumático sufrido. Prolonga en el tiempo los efectos de la victimización primaria.

Hay víctimas que recelan de cómo se va a utilizar su testimonio,
o que piensan que no va a servir para nada. A otras  les duele mucho recordar y víctimas que lo que quieren es pasar página…, marcadas muchas expresiones y gestos de falta de reconocimiento, apoyo inadecuado, incomprensión, falta de sensibilidad, indiferencia y/o rechazo.

Para evitarla se ha de asumir una perspectiva nueva sobre las víctimas: en lugar de enfatizar sus riesgos y vulnerabilidades,
se trata de apreciar sus potencialidades y contribuir a las posibilidades de crecimiento personal, previniendo la gravedad del impacto y las consecuencias del delito, sin frivolizarlas y descontextualizarlas. “La clave es convertir tanto dolor en conciencia…. Favorecer la recuperación y capacidad de resiliencia. Actuar sobre los sentimientos de impotencia, desesperanza y baja autoestima, para conseguir ser personas autónomas y con control de sus vidas, para lo cual resulta fundamental el reconocimiento social e institucional de la injusticia por parte de diversos agentes.