FIN DE SEMANA, TIEMPO PARA CONVIVIR EN FAMILIA

En consulta psicológica solemos oír a los padres que les echan la culpa a sus hijos de los disgustos que le dan, habiendo hecho tanto por ellos, sintiéndose víctimas de las injusticias. Conforme avanza la terapia, va apareciendo un sentimiento de culpa por el poco tiempo que le han dedicado, a pesar de habérselo dado todo.

En la adolescencia, los hijos parecen ignorarnos y esperan ansiosos el fin de semana para desligarse de la rutina, de las clases, de la autoridad que impone disciplina y silencio, el momento para rebelarse contra las normas e intentar ampliar su libertad. Siempre hay algún impedimento para hablar con ellos, el móvil, los videojuegos…. Los padres temen el fin de semana, porque la convivencia se hace insoportable, las contestaciones, las salidas sin hora de regreso. Ellos buscan autonomía, se están preparando para ser adultos, han de asimilar muchos cambios.

Durante esta etapa, los amigos pueden fallar, pueden dudar de su valía según la vida, pero los padres no pueden fallar de poner su parte  en el equipaje de sus hijos. Los fines de semana son distintos para cada adolescente, los que practican deporte, será una oportunidad para acercarse a ellos, en vez de para presionarlos porque no respondan a nuestras expectativas, para que sepan que estamos contentos de que hagan deporte, de la importancia de respetar a sus rivales y de que le queréis a pesar de que no se acerquen a la perfección.

Continuar compartiendo aficiones que se iniciaron en la infancia….Se trata de buscar momentos que nos acerquen, sin prisas, gritos y amenazas, para contribuir a un buen conocimiento mutuo y a establecer vías de comunicación. Es un buen momento para observarles y aplaudir conductas que nos gusten, pactar horarios estableciendo reglas generales según la edad y no solamente para la hora de llegar a casa.

Recomendamos la lectura del interesante libro “Convivir con un adolescente” de Elías Argüello Alonso. Editorial Pirámide