FRUSTRACIÓN

Todos tenemos ilusiones, expectativas de conseguir determinadas metas, que en muchas ocasiones no logramos  en el primer intento y ante lo cual conviene adoptar una nueva estrategia. ¿Que ocurre cuando no se acepta esto y pensamos que merecemos obtener lo que nos proponemos, sobre todo si nos esforzamos,? Pues que se genera un sentimiento de frustración que conlleva ansiedad y dependiendo de la vulnerabilidad de la persona así afectará.

La vulnerabilidad personal viene marcada por el bajo autoconcepto ( no valgo nada, soy incapaz de conseguir lo que quiero, siempre me equivoco…), pensamiento dicotómico (nunca conseguiré nada, todo me sale mal…), esquemas cognitivos ( inflexibles: Si uno se esfuerza las cosas han de salir bien. Si ayudo o me comporto bien con fulanito, el debe corresponderme igual. No debo equivocarme. ), dependencia excesiva  ( mi valía depende de lo que consiga, si no logro lo que quiero no soy nadie, necesito el amor y aprobación de los demás…)

Las respuestas a los sentimientos de frustración varían en cada persona según sus esquemas cognitivos, creencias, vivencias, valores, actitudes… de tal modo que pueden canalizarse en tres vías:

  • Autoagresión: Pensamientos:  «Yo no sirvo, No puedo, Lo dejo todo». Conducta de Abandono, Autolesión, Autolisis
  • Heteroagresión: Pensamientos: «El tiene la culpa, Se va a enterar, insultos y amenazas». Conducta: Empujar, Pelear, Golpear objetos.
  • Escape: Pensamientos: Me olvido, no quiero saber nada. Conducta: Consumo de alcohol, droga, ludopatía, gasto excesivo,cleptomanía, promiscuidad, trastorno de la alimentación, conducta temeraria.

Por supuesto que esos tres sistemas de respuestas generan nuevos problemas, alimentando el sentimientos de frustración inicial, propiciando un circulo vicioso. que puede cortarse con nuevas formas de afrontamiento, tomando decisiones e utilizando los errores para mejorar hasta perseguir nuestros objetivos, manteniendo la ilusión.

En estos aspectos, un /a profesional de la Psicología colegiado/a puede ayudarte, los esquemas cognitivos y conductas pueden modificarse, afectando a nuestras emociones y en definitiva proporcionando equilibrio emocional.