¿POR QUÉ NO SONRÍE ESTE NIÑO?

La depresión no es solo problema de adultos, el bajo estado de ánimo, intenso, duradero, frecuente,  puede ser experimentado por los niños y adolescentes.

Es importante diferenciar la tristeza, como emoción  o respuesta adaptativa ante situaciones difíciles y negativas, de un estado permanente e intenso de tristeza  incapacitante, que interfiere de un modo significativo en el desarrollo de la vida cotidiana. Por tanto, la depresión es un trastorno clínico complejo, que engloba pensamientos distorsionados, sentimientos negativos, conductas inadecuadas, de intensidad y duración prolongada.

En los niños, situaciones difíciles, como el divorcio de los padres, la falta de amigos, el rechazo, el maltrato, el fracaso escolar…pueden generar la pérdida de ilusión por las actividades más placenteras, derrumbe y tirar la toalla ante el menor contratiempo, falta de fuerza de voluntad, ansiedad, agitación, irritabilidad, lentitud, insomnio, pérdida de apetito, cansancio, dificultades de atención, de memoria,  pudiendo llegar al suicidio en los casos más graves. La resistencia y dificultad para salir de la depresión estriba en la validez de los pensamientos negativos para  las personas deprimidas, por los errores lógicos de los mismos.

La intervención psicológica especializada en terapia cognitiva conductual, es fundamental, primero para evaluar si realmente el niño está deprimido y posteriormente  para ayudarle a salir del pozo, mediante distintas estrategias psicológicas, así como para ofrecer pautas de actuación preventivas.

De un modo orientativo, los padres han de estar atentos a los siguientes argumentos que los niños suelen utilizar para evitar realizar actividades agradables y que les resultaban divertidas anteriormente. Son señales de alarma, siempre que los usen con demasiada frecuencia, además de observar otros cambios importantes en su conducta:

  • No puedo   – No tengo ganas     – No disfrutaré     – No tiene sentido    – Ahora no, mejor luego     – No tengo tiempo     -No quiero pasar vergüenza    – No lo haré bien   – No sirve para nada     -No hay nada interesante que hacer o donde ir

Ante estas señales, no duden acudir a un profesional colegiado especializado en Psicología infantil.